viernes, febrero 06, 2009

LA MEDIA DE VERONICA

- Limpia tu cuarto!!!- grito mi madre.

Maldita sea, siempre limpio mi cuarto, pero nunca lo limpio como ella quiere. Siempre dejo algo fuera de su sitio, es decir de donde ella piensa que es su sitio. La mañana habia calentado todo mi cuarto y siendo casi mediodia opte por hacer caso y empezar el triste suplicio de ordenar todo mi cuarto para que mi madre vuelva a reordenarlo poniendo "todo en su lugar"
Cogie una escoba y empeze a desempolvar todos los rincones, peleando con esa telas de arañas que crecen cuando tu cuarto tiene ya mucho tiempo sin haber sido limpiado, no se limpiar y lo acepto y muchas veces no entiendo como el polvo que sacudo de algun lado no se impregna en otro sitio, cada vez que limpio mi cuarto saco todo los recuerdos, todas las memorias, las fotos de la niñez, el juguete favorito de la infancia, el casette de la rebelde adolescencia, los detalles de esa juventud mal llevada, mal jugada, desparramo todos los recuerdos en mi cama y cuidadosamente los evaluo y los guardo con igual nostalgia con las que lo saque; pero esta vez hurgando en el cajon de los recuerdos materiales, encontre una pequeña media morada, y por primera vez no pude descifrar a quien pertenecia ni como llego ahi, ni por que la guarde, no podia recordar a la dueña, pero se me hacia tan conocida, tan agradablemente familiar, sentado todavia entre mis cachivaches empeze a hurgar dentro de mi baul de recuerdos inmateriales y recorde esa tarde, esas pequeñas horas y te vi nuevamente a ti deslizandote sobre mi con tus cubanisimas medias moradas, te vi otra vez ahi sentada junto a mi, jugando con tu cuerpo dentro del mio, y en ese momento recorde la premura de esa otoñal tarde, me recorde a mi consiguiendo, sigilosamente, esa media de tu pie afilado, me recorde recitandote entre sueños y guardando el recuerdo dentro de mi cajon de materiales recuerdos.

-¿De quien es esa media?- pregunto mi mama confundida mas que extrañada.

-Creo que es de mi hermana- le respondi yo al instante.

-Ay! pues ponla en la ropa sucia que esta asquerosa- dijo ella

-Si pues tienes razon, ma- y al tirarla al canasto de ropa sucia todo el recuerdo se perdio en el acto.

Dias despues tu llamaste y yo me negue.

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