miércoles, diciembre 09, 2009

LOONEY TUNES

Nunca fui el conejo de la suerte, nunca fui ese Bugs Bunny, al que siempre le salen bien las cosas, siempre vi como ese conejo, con su postura irreverente y su infinita zanahoria era la solución andante de todos los demás personajes, yo nunca fui él.
Mi prima, si la mas chiquita, me regalo una vez una taza del demonio de Tasmania, me dijo que yo era el, reí y la compramos entre los dos, no tomo café ni ninguna bebida caliente pero siempre llevo esa taza conmigo, nunca la uso, pero siempre esta ahí. Cuando fui creciendo he querido ser considerables ocasiones El pato Lucas, siempre rebelde y siempre gritando alguna tontería, he querido ser como el, por que es una amenaza para el mismo, es el secundario mas importante, es la peculiaridad hecha risa, es el amante de la vida de los demás, es la envidia hecho personaje. Nunca fui el pato Lucas, así lo haya intentando muchas veces.
Durante un tiempo de mi vida fui como Pepe Lepou, fui el perseguidor de las que nunca me correspondieron, mi hedor no era olor en si, eran actitudes mías, mi estela de humor nauseabundo eran acciones que siempre se repetían y que ahuyentaban a cualquiera, no lo entendía en ese momento.
Ya cursando 25 años he entendido que yo siempre seré Willy Coyote, persiguiendo un sueño interminable hecho de patitas de correcaminos, siempre seré el coyote autosaboteable, con sus productos marca ACME, con las ideas mas descabelladas para conseguir su objetivo, siempre seré el Willy Coyote en zapatillas impulsadas por cohetes, chocando contra el muro de la realidad, siempre seré el que tras caer del abismo rebota mil y un veces sobre su mismo error, arrancando las carcajada de los espectadores, siempre seré Willy Coyote por que también me gusta perseguir el sueño infinito, me gusta soñar que voy a alcanzarlo y que por bep! bep! Se escapa de entre los dedos.
Soy Willy Coyote y espero que algún día pueda atrapar ese sueño hecho de patitas de correcaminos.

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